La mitad de la ciudad estaba destrozada de un modo u otro. Unas partes ardían. En otras reinaba un silencio mortal ahora que los xenos habían avanzado hacia otros sectores. Y otras habían sido simplemente abandonadas. Las torres de habitáculos se elevaban bajo el cielo amarillo de Armageddon, desiertas y sin vida. Las fábricas ya no producían armas de guerra ni exhalaban humo.
Manadas de orkos, los chacales rezagados que se habían quedado atrás durante el avance principal, saqueaban los sectores vacíos de la ciudad. Aunque había poca malicia calculada en las mentes de las bestias, los escasos civiles humanos que habían sobrevivido eran asesinados sin piedad cuando los encontraban.
Gracias neng! Malal te bendiga!
pero gracias a ti ya lo tengo mil gracias mi hermano y sigue trabajando no tienes ni idea la gran ayuda que aportas a muchos personas!! que el Dios Maquina te Bendiga !!!
quiero ese libro -.- como diablos lo consigo si soy de Chile …